Wednesday, January 13, 2010

Una para el camino...

La siguiente historia esta basada en un hecho real... por extraño que parezca.

Soundtrack recomendado: Fire Walk With Me, de Angelo Badalamenti

¿Existe la suerte? Después de lo ocurrido, doy fe que si… pero siempre juega en contra tuya…

Yo era un agente de una compañía de seguros que no mencionare ahora, ya que los abogados me “sugirieron” que no la mencionara para evitar mala publicidad; trabajaba en la ejecución de pólizas de seguros de vida… no era el mejor trabajo de la tierra, pero servia para sobrevivir y mantener a mi familia (Nota: mi familia es mi hija, la ballena mutante que dice ser mi ex esposa no la considero, además se queja demasiado, y solo sabe pedir plata). La cosa funcionaba mas o menos bien… hasta que llego la crisis económica: el país literalmente se caía a pedazos, los repo-man literalmente dinamitaban las casas y la gente empezó a matarse entre si por chauchas. Eran tiempos difíciles, estábamos todos con deudas y el efectivo desaparecía rápidamente… pero aun así la gente se las ingeniaba, sobre todo a la hora de beber.

Yo solía aparecerme en un bar llamado “Muerte Segura”, ya que ese sucucho ostentaba el record local de muertes en accidentes de auto (no se si será algo que le echaran al trago, pero todos los que salían de ahí, literalmente tenían el cerebro derretido), pero era prácticamente el ultimo bastión de la ciudad, además era el único lugar donde se podía encontrar café.

Llega un momento en que si quieres tener amigos, ya no puedes juzgar a nadie, y gracias a eso, conocí a los que serian protagonistas en esta historia: Jonás Rodríguez y Percy Van Buloff. Jonás era un operario de la ballenera que terminó preso por unos desfalcos y ahora se dedica a robar carteras… al menos las que aun se ven en las calles. Percy (alias “El Holandés Errante”) es justamente hijo de holandeses que vinieron huyendo de Europa, acá se gana la vida como destilador clandestino, y es famoso por sus venenos (muchos maridos cornudos le piden sus “servicios”).

Siempre nos juntábamos para “arreglar al mundo”, quejarnos y tomar (en mi caso, café), y buscábamos la forma de hacer dinero fácil, a veces funcionaba, y a veces no… pero las pequeñas estafas nunca daban buenos ingresos, se necesitaba dar un golpe grande…

Fue Percy el que dio el primer chispazo: medio ebrio dijo que deberían ponerle un seguro de vida a todos y después matarlos con veneno… al principio lo tome como broma, pero la idea me quedo dando vueltas en la cabeza, y revisando papeles de la compañía de seguros, decidí que si era posible, pero debíamos tener un buen plan.

Hable con mis socios y estaban entusiasmados con la idea, así que delimitamos el plan. El plan seria así: buscaríamos a algún borrachín de los alrededores que no tuviera ningún familiar, contratarle un par de seguros de vida, darle de tomar todo lo que pueda, y dejarlo botado para que se muera. Puede parecer sórdido, pero lo que mas habían en ese entonces eran borrachines, así que no me hacia problema, uno menos no importaba en lo mas mínimo. La clave es que la muerte debía ser accidental: no servia de nada darle un hachazo, ya que los crímenes estaban a la orden del día, y la compañía no pagaría si era causado por terceros. Teniendo el plan listo, faltaba buscar a la victima, que no tardo en llegar…


Miguel Mallea

Ahora me arrepiento de haber sido tan estúpido al escogerlo, pero en ese momento parecía el candidato ideal: Mallea era un ex bombero que quedo solo y ahora vagaba por las calles, de vez en cuando se aparecía por el bar y después desaparecía hasta la siguiente vez. No era demasiado querido, pero tampoco era una molestia, simplemente estaba ahí. A nuestros ojos, era la persona indicada.

Yo hice los contratos por 3 seguros de vida a nombre de Mallea, que ascendían a 30 millones de pesos y “tome prestadas” las firmas de mis jefes para hacer los contratos validos a la hora de cobrar. Percy se encargo de preparar un aditivo para hacer el alcohol mas “cabezón”, Jonás seria la cara amable que invitaría a Mallea a tomar y nos serviría de coartada y convencimos al cantinero que nos suministrara el alcohol, con una compensación monetaria.

El plan comenzó 4 días antes de Navidad…

Llego Miguel y Jonás se acerco a ofrecerle un trago. Al principio miró extrañado, pero no iba a renunciar a un trago gratis, así que aceptó. Todo parecía ir de maravilla, Mallea habrá tomado sus cuatro botellas de ron (2 de ellas con nuestro “brebaje especial”), y dijo que se sentía mareado y que se iría a dormir. Ahí empezamos a cantar victoria, ya que sabíamos que con ello no pasaría la noche. Al final Mallea se fue y nos quedamos celebrando y discutiendo que haríamos con el dinero del seguro, todo parecía perfecto…

Habían pasado 2 días y Mallea no daba señales de vida, suponíamos que había muerto de intoxicación alcohólica como lo habíamos planeado, pero nos extraño que su muerte no hubiera aparecido en los diarios. De pronto, en la tarde, vimos algo tan espantoso que hubiera sido genial que un fotógrafo hubiera retratado nuestras caras, ya que la mandíbula se nos desencajo y llego al suelo de un viaje….

Miguel Mallea estaba vivo…

Después de la estupefacción y el horror, solo nos preguntábamos ¿Qué salio mal? Lo que le dimos servia para matar a cualquiera de cirrosis fulminante, ¿Cómo podía estar vivo??? Yo trate de mantener la calma y pensé que quizás este asunto necesitaba un “pequeño empujón”.

Percy decidió preparar un concentrado de Metanol con Talio y lo mezclo con Estricnina, era una dosis que mataría a 10 personas en un par de horas, se lo echamos a una jarra de cerveza y le pedimos al cantinero que se la diera. Fue tal cual como la vez anterior: Mallea se sintió mareado y se fue. Pensamos que ahora si tendríamos éxito…

Al día siguiente Miguel Mallea apareció en el bar como si nada hubiera pasado…

Nosotros estábamos por perder los nervios y probablemente la cordura, Percy me decía que eso era sencillamente imposible, nadie normal podría sobrevivir a los venenos que le dimos (Pero ya era claro que no nos enfrentábamos a una persona normal). Jonás tuvo una epifanía: empezó a delirar diciendo que Mallea en realidad un demonio que vino para castigarnos y debíamos dejarlo en paz, si no, iríamos al infierno, y tonteras como esas. Percy también sugería que quizás no debíamos meternos con el destino; pero yo trataba de mantenerme firme, y decido que había que recurrir a métodos mas radicales.

Convencimos a un taxista para atropellar a Mallea, y así nos libraríamos de una vez por todas de el. El “arreglo” se ejecuto el 29 de Diciembre: el taxista logro embestir a Mallea, según él, Mallea voló unos 300 metros para caer en el pavimento como un saco de arena. Pensé que era el final… realmente lo pensé…

Mallea terminó solo con una contusión en la pierna izquierda…

A estas alturas la desesperación se adueño de nosotros: Jonás se fue, diciendo que quería salvar su alma. Percy me recordó la Muerte de Rasputin, y se preguntaba si estábamos frente a algo más allá de nuestro entendimiento. Yo quería poner punto final a todo esto, no podía aceptar que una persona sencillamente no podía morir…

El 31 de diciembre fui a la posta donde estaba internado Mallea, ya no me interesaba el dinero, solo quería acabar con alguien que había desafiado la ley natural…

Como era vísperas de año nuevo, no había mucha gente, así que pude esconderme fácilmente. Cerca de las 12, me introduje al cuarto de Mallea aprovechando que dormía, así que tome una almohada, listo para asfixiarlo. Estaba por ponérsela encima, cuando de pronto Mallea abrió los ojos, me miro fijamente y formo una sonrisa irónica… lo sabia!!! Lo sabia todo!!!!! Sabia lo que tramábamos, sabia que el podía desafiar a la muerte y burlarse de nosotros, se burlaba de mi, de mi!!!!!!!

Sin más tiempo le puse la almohada encima y empecé a asfixiarlo…. Tardé 3 o 4 minutos hasta que finalmente murió, al fin pude dormir tranquilo sabiendo que no se volverá a levantar…

3 días después, la policía llego a mi casa y me tomaron bajo arresto, por cargo de conspiración y asesinato. También habían atrapado a Jonás y Percy: Miguel Mallea logro vengarse desde la tumba…

En el juicio yo supuse que probablemente Jonás nos había delatado, pero el juez nos dijo que habían recibido un “testimonio anónimo”. Pero lo peor lo supe en la cárcel: El cuerpo de Miguel Mallea había desaparecido…

Así que aquí estoy, en mi solitaria celda esperando… esperando a ese demonio llamado Miguel Mallea se aparezca ante mi para llevarme al infierno…

Fin

0 Comments:

Post a Comment

<< Home